En términos evolutivos, el ser humano tiene muy poco tiempo consumiendo alimentos altamente industrializados y las consecuencias más evidentes de una dieta rica en azúcar, sal, grasas y todo tipo de ingredientes artificiales han sido el sobrepeso, la obesidad y todas las enfermedades asociadas. ¿Pero qué hay de la salud mental? ¿Acaso habrá alguna relación?
La salud mental es un tema delicado, pues el miedo, el desconocimiento, la aprehensión y muchas veces la vergüenza acompañan a las enfermedades mentales. Pero para enfrentar y tratar el creciente número de personas con enfermedades como Alzheimer es importante hacer un alto en el camino y analizar cuáles pudieran ser las causas detrás su desmedido crecimiento.
La enfermedad de Alzheimer es por mucho la forma más común de demencia, en la actualidad afecta a 5.4 millones de estadounidenses y se ha convertido en la tercera causa de muerte en dicho país. Se pronostica que este número se duplicará en los próximos 15 años, con las mujeres como la población con mayor riesgo. La realidad que pocos conocen es que hoy por hoy, la mujer tiene mayores posibilidades de contraer Alzheimer que cáncer de mama y resulta preocupante que aún no exista un tratamiento integral y efectivo contra esta enfermedad.
Si bien los genes juegan un papel importantísimo en el desarrollo de las enfermedades mentales, los expertos reconocen que debe haber otros factores importantes a los cuales atribuir el súbito e imparable incremento de casos de Alzheimer.
La prestigiada Mayo Clinic de los Estados Unidos publicó en el Journal of Alzheimer’s Disease, los resultados de sus investigaciones sobre la relación entre Alzheimer y alimentación. El estudio le dio seguimiento a la alimentación de más de 2,000 adultos mayores y los resultados fueron sumamente interesantes: el riesgo de demencia en aquéllos que llevaban una dieta alta en carbohidratos refinado fue mayor en cerca de un 90%; aquéllos cuya dieta era más alta en grasas saludables mostraron 44% menos riesgo de padecer demencia y un mayor consumo de proteína indicó una reducción en el riesgo de demencia del orden del 22%.
En la parte del estudio que incluye comentarios de los investigadores estos hacen referencia a otras investigaciones que relacionan este tipo de parámetros nutricionales con la salud del cerebro y resumen los resultados describiendo que una dieta reducida en carbohidratos se asocia con un menor riesgo de sufrir deterioro mental.
Los resultados de investigaciones como estas son sin duda controversiales, pues el mercado alimentario está lleno de productos altos en carbohidratos refinados y su naturaleza casi adictiva hace que la población se resista a dejarlos. Pero ante una realidad que indica que para los 85 años el riesgo de padecer Alzheimer es de un 50/50, vale la pena considerar todos los factores.
En términos generales, los expertos coinciden en que los siguientes factores son importantes para la salud mental:
– Limitar las calorías y elegir alimentos de alta densidad nutricional.
– Suplementar la dieta con omega 3.
– Llevar una dieta rica en antioxidantes mediante el consumo de fruta y verduras.
– Balancear las proteínas, grasas saludables y carbohidratos en la dieta.
– Tomar suficiente agua pura.
Si una figura esbelta y una vida libre de enfermedades como la diabetes no son suficiente motivación para adoptar una dieta saludable, piensa en tu salud mental; en el tipo de adulto mayor que quieres ser y en cómo quieres vivir tus años dorados. Si bien la evidencia es temprana y considerada controversial por algunos, más vale errar por el lado de la prevención que arriesgar lo más valioso que tenemos: nuestra salud y nuestra mente.
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