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Estrés y aumento de peso

La obesidad se ha convertido en un problema mundial de salud pública. La incidencia de obesidad ha ido en aumento en todo el mundo durante los últimos 35 años y su tendencia todavía está al alta. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) (2018) [1], el 73,6% de la población adulta estadounidense es obesa o tiene sobrepeso; el 42,5% padece obesidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2016) [2], más del 31% de los adultos canadienses y el 28% de los adultos mexicanos padecen obesidad.

La obesidad representa riesgos para la salud, ya que las personas con obesidad son más propensas a desarrollar enfermedades potencialmente mortales como diabetes tipo 2, hipertensión, apnea del sueño, enfermedades cardíacas, osteoartritis y muchas más.

Pero, ¿por qué la población mundial está aumentando cada vez más de peso? Son muchos los factores. La mayoría de ellos tienen que ver con los cambios modernos en nuestro estilo de vida. Pero un factor clave que se ha demostrado que conduce al aumento de peso es el estrés.

El estrés es ya parte de la vida cotidiana de la mayoría de las personas. Problemas financieros, de trabajo, de familia, reparaciones necesarias para el hogar… Definitivamente hay muchas cosas por las cuales sentirse ansioso y nuestro cuerpo ciertamente nos cobra factura. La pandemia de COVID-19 también ha contribuido al aumento de eventos estresantes en nuestra vida diaria. La American Psychological Association (APA) ha estudiado el impacto del estrés en la vida de los estadounidenses desde 2007, y en su informe del 2020 [3], para el que encuestaron a 2,171 adultos y 1,136 adolescentes que viven en los Estados Unidos, reportó que casi 8 de cada 10 adultos (78%) dicen que la pandemia de coronavirus ha sido una fuente significativa de estrés en su vida diaria, y 2 de cada 3 adultos (67%) dicen que han experimentado un mayor estrés durante el curso de la pandemia.

El estrés es un factor de riesgo que desencadena muchos problemas psicológicos y fisiológicos, uno de los cuales está relacionado con un aumento del apetito que puede hacernos comer en exceso o elegir alimentos poco saludables y luego retener grasa como respuesta frente a eventos estresantes de larga duración. El estudio “Stress in America” de la APA de 2010 [4] reportó que el 40% de los encuestados dijeron que usaban los alimentos para lidiar con su ansiedad. Su encuesta más reciente de 2021 [5] informa que el 61% de los adultos experimentaron cambios no deseados de peso, ya sea aumento o pérdida de peso, desde que comenzó la pandemia de COVID-19. De ellos, el 42% ganó más peso de lo que pretendía. El aumento de peso promedio fue de 29 libras.

Existe una clara relación entre el estrés, la sobrealimentación, el aumento e incluso la pérdida de peso. El estrés puede conducir a la ingesta de alimentos con alto contenido de calorías, azúcar o grasas; a comer en respuesta a estados emocionales como la tristeza o la ira; a atracones, y/o a la elección de hábitos alimenticios poco saludables [6]. Estar bajo la influencia del estrés también puede hacernos comer con poca conciencia de calidad o cantidad, y sin lograr sentir nunca saciedad.

¿Cuáles son los mecanismos que subyacen en la relación entre estrés y aumento o pérdida de peso?

Aunque la mayoría de las personas tienden a aumentar de peso cuando se enfrentan al estrés a largo plazo, otras tienden a perder peso. Se ha observado que la disminución del consumo de alimentos en respuesta al estrés es más común en hombres que en mujeres [6].

Pero el aumento de peso parece ser un comportamiento adaptativo que nuestra memoria genética aprendió como estrategia para sobrevivir en situaciones de peligro. Al principio, un evento estresante puede causar pérdida de apetito, pero cuando el estrés se vuelve crónico puede suceder exactamente lo contrario. Nuestro mecanismo neuroendocrino (que involucra al cerebro y las hormonas) de lucha o huida nos sirvió en el Paleolítico como especie, cuando los seres humanos vivían en un ambiente extremadamente hostil, lleno de depredadores y con poca comida; pero a pesar de que las razones que nos causan estrés han cambiado, el mecanismo ha permanecido intacto y nos hace aferrarnos a la grasa.

La respuesta hormonal del cuerpo a un evento estresante nos ayuda a luchar o huir ante nuestros estresores y el resultado inmediato es de hecho una reducción de nuestro apetito, pero el efecto no dura mucho. La hormona conocida como cortisol, por ejemplo, tiende a permanecer elevada una vez que ha pasado el evento estresante y puede llevarnos a comer en exceso. Muy a menudo convertimos la alimentación en nuestra actividad para afrontar la ansiedad.

Es un hecho que los altos niveles de estrés están directamente relacionados con más grasa abdominal, con el aumento de los antojos por alimentos con alto contenido de azúcar y carbohidratos simples y con una menor disposición al ejercicio. La buena noticia es que hay muchas que podemos hacer para romper con este círculo vicioso entre el estrés y el aumento de peso. A continuación te compartimos algunas recomendaciones para mitigar el estrés y evitar comer en exceso [7]:

En LIMARP conocemos de primera mano las situaciones de estrés relacionadas con el aumento de peso que viven nuestros pacientes, por eso nuestro programa bariátrico integral incluye atención psicológica para afrontar el estrés y la ansiedad a través de la experiencia de nuestro equipo multidisciplinario. Ponte en contacto con LIMARP Centro Internacional de Excelencia para la Obesidad para una evaluación gratuita.

Bibliografía

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Centro de Excelencia Internacional en Obesidad


La Doctora Liza María Pompa González es miembro de las siguientes asociaciones y participa de forma regular en sus congresos y conferencias, en calidad de ponente y/o asistente:

  • Asociación Mexicana de Cirugía General
  • Colegio Mexicano de Cirugía para la Obesidad y Enfermedades Metabólicas
  • Fellow del Colegio Americano de Cirujanos
  • Asociación Americana de Cirugía para la Obesidad y Metabólica, como miembro internacional
  • International Bariatric Club
  • Federación Internacional de Obesidad
  • Federación Internacional de Obesidad
  • Asociación Estadounidense de Diabetes
  • Asociación de Exalumnos de Harvard

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